Fotoprotección en la infancia: ¿somos unos histéricos de la fotoprotección?

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Fotoprotección en la infancia: ¿somos unos histéricos de la fotoprotección?

No, no lo somos. La exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol desde la infancia es el principal factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel en el adulto. Nuestra piel tiene memoria y almacena las sucesivas veces que la hemos sometido a un sol excesivo. 

Está demostrado que la piel de un niño es más susceptible al daño derivado de la radiación UV, sus mecanismos de defensa son menos eficaces y además son los años de mayor exposición solar. Se estima que entre el 50 y el 80% del daño ocasionado por el sol que un individuo sufre a lo largo de su vida se produce durante su infancia y adolescencia.

¿Cómo nos protegemos?

Como casi todo en la vida hay que aplicar el sentido común: Ir tapado con ropa, limitar el tiempo que pasamos al sol y ponernos siempre que podamos a la sombra. Evitar las peores horas, de 11 de la mañana a 4 de la tarde. Mejor si llevamos sombrero de ala ancha que gorra. También es aconsejable utilizar gafas de sol para proteger los ojos.

¿Qué protector solar usamos?

Los fotoprotectores se clasifican en químicos y físicos: los químicos absorben la radiación solar y la transforman en otros tipos de energía que no produce daño cutáneo y los físicos o pantallas minerales actúan como una barrera física, dispersan y reflejan la radiación lumínica que incide sobre ellos, son los menos cosméticos porque actúan como pantalla opaca, son menos alergénicos que los químicos y por ello están especialmente indicados en niños.Y por último están los mixtos: una mezcla de filtros químicos y físicos. 

Como sabéis no se recomienda su uso en menores de 6 meses, por tanto a estas edades deben cubrirse con ropa.

En cuanto al factor de protección solar (FPS) es un índice que mide la capacidad protectora de un filtro frente a los efectos nocivos del sol. El número del FPS indica la relación entre el tiempo que podemos estar expuestos al sol antes de aparecer eritema solar con el fotoprotector respecto al tiempo que tardaría en aparecer sin el fotoprotector. 

Siempre FPS mínimo 30, mejor 50. Aplicarlo unos 30 minutos antes de la exposición solar, en cantidad suficiente. Volver a ponerlo tras un baño prolongado o si estamos más de 2 horas al aire libre.

En cuanto a qué ropa es la más adecuada, hablaremos de ello próximamente y de lo qué es el Factor de Protección Ultravioleta (FPU) de un tejido.

Como otras enfermedades del adulto, la prevención del cáncer de piel empieza en la infancia. Es necesario proteger a nuestros hijos e hijas de los efectos nocivos del sol y educarles en el hábito saludable de la fotoprotección.

Sobre la autora:

Dra. Isabel Rubio Díaz. Pediatra

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