Terapia de la alimentación en Atención Temprana

Terapia de la alimentación en Atención Temprana

En el desarrollo normal, el niño empieza a ingerir alimentos sólidos hacia los 7 meses, mastica entre los 8 y 12 meses y a los 24 meses su masticación ya es rotatoria. Sin embargo, existen diferentes patologías que pueden estar afectando a niños en edades muy tempranas y que por sus características pueden alterar este curso normal de la alimentación.

La Parálisis Cerebral Infantil (PCI) es una de las patologías que en la mayoría de los casos lleva asociados trastornos de la alimentación y que en consecuencia precisarán de una intervención adecuada.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PROBLEMAS MOTORES RELACIONADOS CON LA ALIMENTACIÓN

  • Alteraciones del tono muscular y de la actividad postural general: extensión de cuello, brazos y piernas, mal control de la cabeza y de otras partes del cuerpo.
  • Dificultad de coordinación de la masticación o de la succión con la deglución y la respiración.
  • Deglución con interposición de la lengua, es decir, deglución atípica. Definida como “la presión anterior o lateral de la lengua contra las arcadas dentarias” (Zambrana y Dalva, 1998).
  • LENGUA 

Si se encuentra limitada en sus movimientos, hay alteraciones del tono muscular, hipotonía o hipertonía se ve comprometida su labor en el momento de la alimentación.

Si se encuentra el cuello en extensión, se produce un estiramiento de la base de la lengua, llegándose o pudiéndose producir aspiraciones.

  • VELO DEL PALADAR

Si éste no proporciona la protección debida mediante el movimiento fisiológico de elevación, produciendo fenómenos de reflujo (parte del alimento es expulsado por las fosas nasales).

El velo del paladar junto con la base de la lengua forma el ESFÍNTER BUCAL SUPERIOR, su eficacia permite el mantenimiento de los alimentos en la boca y su incompetencia favorece las falsas vías antes de la deglución.

  • LABIOS

Movimientos lentos y limitados.

Funcionalidad de los labios muy reducida, sobre todo del labio superior que frecuentemente está poco desarrollado y no retiene el alimento.

  • ALTERACIONES DE LOS REFLEJOS ORALES

En algunos niños el reflejo de mordida, que aparece desde el nacimiento hasta los 9-12 meses, puede permanecer de un modo patológico.

Así mismo, el reflejo de náusea presente desde el nacimiento y que se provoca estimulando la parte posterior de la lengua, puede darse de un modo patológico en porciones más adelantadas de la lengua. Todo ello dificultará las tareas de alimentación.

  • Presencia de HIPERSENSIBILIDAD o HIPOSENSIBILIDAD en la zona peribucal y bucal:
  • Hipersensibilidad 
  • Hiposensibilidad

OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA:

Habitualmente persisten durante mucho tiempo formas de alimentación que corresponden a etapas anteriores: uso del biberón hasta los 3-4 años, inicio muy tardío de la masticación, empleo del chupete para que el/la niño/a retenga el alimento, etc.

Empleo de utensilios inadecuados (por ejemplo, cucharas demasiado grandes para la boca del niño).

Técnicas y dinámicas de alimentación inadecuadas: derramar el contenido de la cuchara dentro de la boca o contra el paladar, sin favorecer la funcionalidad de la lengua, labios o maxilar; velocidad inadecuada; angustia o inquietud en la persona que da de comer, etc.

¿CUÁL ES EL PAPEL DEL LOGOPEDA?

  • Intervención previa al acto de la alimentación para preparar la zona oral y reeducar la masticación y la deglución de líquidos.
  • Intervención durante la alimentación.

DURANTE LA COMIDA:

  • Facilitar una correcta postura, es importante facilitar una postura lo más incorporada posible para favorecer la deglución.
  • Apoyo de pies.
  • Evitar que la cabeza cuelgue hacia atrás para evitar el riesgo de aspiraciones.
  • Siempre que sea posible se sentará al niño/a frente a la mesa con los brazos bien apoyados. Así favorecemos una actitud activa y participativa.
  • Intentaremos sentarnos frente al niño o a su lado, así: podremos orientar mejor la cuchara, evitaremos la hiperextensión del cuello, facilitaremos la comunicación.

UTENSILIOS DE COMIDA:

La cuchara deber ser pequeña, adecuada al tamaño de la boca del niño/a. Los cantos deben ser romos y la espátula poco hueca. Mejor si tiene mango redondeado.

Utilizar vasos de cristal pequeños para dar de beber. Ello nos permitirá:

  • Controlar con facilidad el movimiento del vaso.
  • Controlar como el niño/la niña absorbe el líquido.

DURANTE LA ALIMENTACIÓN:

  • Llevar siempre los alimentos desde abajo para evitar la hiperextensión del cuello.

En los niños o niñas con reflejo de mordida hay que intentar que la cuchara choque contra los dientes para evitar que se desencadene el reflejo.

  • En caso de aparecer el reflejo de mordida NUNCA SE TIRARÁ DE LA CUCHARA. Se ejercerá una presión con la cuchara sobre la lengua.

A EVITAR:

  • No mezclar alimentos.
  • No poner demasiado alimento en la cuchara.
  • Para evitar los movimientos de mamada se mantendrá lo más limpia posible la cara convexa de la cuchara.
  • No dar siempre el mismo tipo de alimentos.

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