
12 Mar Cuéntame un cuento, por favor
Contar cuentos a los/as niños/as supone una actividad de gran valor, no solo lúdico, sino también cognitivo y emocional. Este acto es una forma maravillosa de crear un vínculo especial y una complicidad afectiva durante la infancia. Los/as niños/as experimentan una serie de sensaciones positivas durante la narración, que se intensifican cuando dicha actividad se lleva a cabo en familia.
Mediante los cuentos aprendemos que la vida está hecha de historias. Todo el mundo tiene una historia que contar o escuchar. De esta forma, además, desarrollamos el lenguaje de manera temprana, ampliando así el vocabulario de los/as niños/as.
Los cuentos son tesoros eternos, son parte de la imaginación de alguien, escritores/as, ilustradores/as y forman parte del acervo cultural de un pueblo. Los/as más pequeños/as aprenden a escuchar y a ser pacientes, comportamientos que, por otro lado, son claves para su desarrollo. Además, ejercitan la memorización mediante el aprendizaje y repetición de canciones, rimas, palabras, etc.
Otro beneficio es la mejora del conocimiento espacio-temporal al plantear el dónde, el cuándo y el por qué. Los cuentos transmiten valores, como la amistad, la honestidad, la inclusión, etc., a través de sus argumentos.
Desde la Fundación Salud Infantil fomentamos la prelectura de cuentos, a través de la lectura de historias antes de dormir por parte de las familias, provocando de esta manera un rato íntimo con sus hijos e hijas. La narrativa provoca sentimientos y el sonido de la voz transmite emociones. Además, la lectura de cuentos a las y los pequeños les enseña a escuchar a sus interlocutores. Por tanto, podemos decir que los cuentos sirven para educar y que, además, son una forma muy divertida de hacerlo. ¿Por qué no lees un cuento a tu hija o a tu hijo?